sábado, abril 26, 2008

Star Trek

Por Sonia M. Rosa-Vélez


Veía el programa a diario con devoción religiosa. Todos en la casa sabían que de 10 a 11 el televisor era de ella. El que osara interrumpir la sagrada adicción se encontraba de frente con la ira de Alicia, que con una bocanada de aire les lanzaba su mejor "guiltrip".
-“Acasoustedesnosedancuentaqueesteeselúnico programaqueyoveodespuesdetrabajartodoeldiacomounanegraesclava.Yonotengoviciosyonovisitoanadieyosoloveoesteprogramitadediezaonceyustedesnomepuedendejarverloenpaz.

Ese era solo la introducción de una bien ensayada letanía que hacía que la familia se fuera en retirada a sus repectivos cuartos para no escuchar la voz chillona y el rezo acelerado de Alicia.

Las naves espaciales aparecían y ella era otra.

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