por Sonia M. Rosa-VéLEZ
Le he pedido a varias personas que me pasen la mano.
Les digo el lugar del alma que me duele y salen huyendo como si hubieran visto al mismo diablo.
Y se que no sabré de ellos en días, semanAS , meses...quizás años.
Y quizás mi buena amiga me llame a venderme su teoría del Dios que no prometió nada y que a palos te vuelve en una pulpa deprimida de obediencia, en un puré de mango propiamente aplastado.
Pedrir no es mi fuerte, y cuando pido recibo nada de nada.
viernes, agosto 08, 2008
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